sábado, 12 de marzo de 2016

De neurosis y cosas peores


Resulta que desde hace tres semanas estoy en una situación inestable psicológicamente hablando. En menos de una semana, mi mundo cambió radicalmente, al grado que ya no tengo nada de lo que tenía: mi abuela se murió, mi padre se achicopaló, casi pierdo una materia importante y otros sucesos de igual importancia. Desde hace una, las cosas en mí parecen volver a la calma, aunque temo que las dos semanas de inestabilidad hayan aumentado el problema. No importa mucho por ahora; confío en que si hago bien lo que debo hacer para ser mejor persona, tal vez eso arregle lo que mi inestabilidad haya causado. lo que importa es buscar alternativas para salir de la crisis en que estoy.

Fui a ver a la loquera de la facultad para pedirle ayuda, y desde la primer terapia empecé a comprometerme por vez primera con algo. Este viernes Me pidió que elaborara un proyecto de vida basado en el FODA (Fortalezas, objetivos, debilidades y amenazas). Y también me pidió que definiera mis valores centrales. Al menos es un inicio; no suelo ordenar muy bien mis cosas
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domingo, 28 de octubre de 2012

El programa

El día que se graduó como cineasta Mauricio se sintió en la gloria. Desde pequeño había soñado con la admiración, los flashes y las pasarelas. A veces, sus pesadillas infantiles lo presentaban en Cannes y no en Hollywood; entonces se despertaba intranquilo y corría a los brazos de mamá para que ella le pusiera calzoncillos y sábanas limpias y secas de nuevo. Pero ahora ese papel que sostenía en sus manos le garantizaba todo: Hollywood, los flashes y las pasarelas. Con todo, su madurez había modificado su antigua ensoñación pueril: en lugar de la admiración, ahora soñaba con una actriz. Tan pronto como tuvo su documento a la mano, Mauricio se armó de valor, unas tortas y cien pesos, tomó su camión hacia California y se fue a hacer antesala en las oficinas centrales de una compañía de cine muy prestigiosa. Las tortas le duraron los tres días de camino desde su pueblo hasta la frontera y los cien pesos le duraron quince minutos porque los invirtió sabiamente en hacerse leer la mano por una gitana, para conocer su destino. Esta le dijo que iba a costarle sudor, pero que lograría ser un destacado productor de videos para Youtube. Conocido el futuro, ya no se lanzaba a lo incierto, y se sintió más tranquilo con la sensación de haberse quitado cien pesos de encima. Durmió la mitad de la jornada, se despertó en la frontera para mostrar su pasaporte y su visa, teniendo cuidado de poner la misma sonrisa mitad estúpida y mitad desprevenida con la que siempre salía en las fotos importantes: gajes de lo imprevisible del flash. Ya en california, consiguió alojamiento con un ex compañero de la primaria que había emigrado de indocumentado quince años atrás, y que una vez conquistada la ciudadanía en las hazañas de Irak, ahora se teñía de rubio el cabello y la barba, tal vez para mostrarse muy mexicano y en consonancia con la leyenda de Quetzalcóatl, el dios-serpiente-hombre rubio y barbado. Consiguió también que su madre le enviara el dinero producto de la venta de unos cerditos que estornudaban como si el catarrito de cierto ex ministro de hacienda les hubiera devenido en pulmonía, razón por lo cual les llamaban la crisis. Resuelto el problema de donde vivir, que ponerse y con que había de alimentarse, hizo caso al precepto bíblico, no se inquietó más a causa de su situación y se dedicó a soñar en lo que sería su discurso al recibir su primer oscar. Al día siguiente se levantó muy temprano, apenas cantó el gallo que había logrado introducir de contrabando –pues no se acostumbraba aún a los despertadores electrónicos – y se presentó en las puerta s de la compañía elegida por él. Estaba seguro, porque se lo había dicho la gitana, que si lograba traspasar el umbral de la puerta de cierto personaje, la fama lograría acompañarlo para toda la vida; pero si no era capaz de hacerlo, sus trabajos no lograrían trascender de Youtube, aunque le auguró un millón de visitas. Cuando Mauricio logró por fin una cita de trabajo después de interminables y agotadoras sesiones de espera paciente en la antesala del productor, la fortuna le sonrió tan prometedoramente como sólo un cineasta bisoño podía desear: le autorizaron, a modo de prueba, una pequeñísima película de bajo presupuesto. Él debía proporcionar el guión, los actores y las locaciones; la compañía, a su vez, se comprometía a filmar y realizar la distribución de la obra. No habían pasado aún veinte días cuando Mauricio anunció pomposamente que ya tenía todo listo para la filmación, cosa que admiró a los productores. Para mayor satisfacción, Mauricio había hecho gala de grandes dotes administrativas, había reducido el vestuario al mínimo posible –prescindió de ello – y sólo requería de tres actores y su deseada actriz. Durante el tiempo que duró la filmación, que fue cosa de unos días, él aprovechó cada oportunidad que se le presentaba para hacer declaraciones que aumentaban la expectativa de la nueva película entre sus fanáticos seguidores: su madre, que desde hacía años había renunciado a cambiarle las sábanas a media noche y ahora sólo se comunicaba con él en navidad o el día de su onomástico; y su padre, que desde el más allá le transmitía mensajes a través de una médium que vivía en el mismo edificio del cineasta: mujer que por otra parte era alguien absolutamente normal y de la cual algunos vecinos opinaban que era capaz de venderle calefactores a los habitantes del Sahara. Pasados ocho días, la obra estuvo lista para lanzarse a la pantalla grande. Se imprimieron folletines y propaganda que mostraban el rostro sonriente del cineasta –quien, para economizar, era parte del grupo de actores – junto a una escultural Eva. El día del estreno de “El edén infernal”, las salas estaban, para usar un eufemismo, semivacías; al día siguiente se agotaron las localidades, y por dos días más – que fue todo lo que duró la película de marras en exhibición – acaparó la atención de todo mundo. Las protestas por la película empezaron en los más prestigiosos círculos de la moda, pues temían grandes pérdidas si el vestuario se convertía en una moda. Las grandes firmas convencieron a los grupos tradicionalistas alegando que el trajecito en cuestión atentaba contra el pudor y las buenas costumbres; los sacerdotes desde el púlpito anatemizaban al cineasta y a su malograda obra demoniaca. El Estado dijo que tal acción era contraria al sentir de la nación y que producía daños en el orden público. Los grupos ambientalistas protestaron por la explotación laboral que había sufrido la serpiente, quien hacía declaraciones a la prensa y asistía con el psicólogo. A cambio de una buena suma económica, los programas de chismes de farándula accedieron a rasgarse las vestiduras y a desprestigiar al ya famoso cineasta. Por su parte, los padres de familia anunciaron la “Marcha por la Decencia”, a la que se sumaron los comerciantes de ropa: era cosa de risa ver a los ejecutivos de Liverpool gritando consignas al lado del humilde vendedor pirata. Tras algunas amenazas de muerte, tres órdenes de aprehensión y un pequeño arreglo monetario, el cineasta renunció a seguir haciendo películas. Lo cierto es que desde que se retiró la película de todas las salas de cine, se orquestó tal campaña de desprestigio en contra del malhadado cineasta, que ni siquiera el señor de la renta quería tener tratos con él, razón por la que ahora hacía sus pagos con cargo a su recibo Telmex; este a su vez lo pagaba con cargo a su tarjeta y la tarjeta la pagaba en la sucursal electrónica. Hasta el cajero electrónico a veces, en señal de protesta, le retenía algún billete. Transcurridos algunos días, nuestro cineasta recobró el ánimo y decidió que no se amilanaría por la incomprensión de su obra. Invirtió el poco dinero que había ganado en la post-edición de su película y en el lanzamiento de una nueva empresa de ropa. Tuvo el cuidado de asociarse con una de las firmas prestigiosas del mundo de la confección. Así, provisto de tijeras, aguja e hilo, el cineasta venido a diseñador anunció muy orondo el lanzamiento de un modelo que iba acorde con los valores, las tradiciones y las actitudes que toda sociedad globalizada y libre debía poseer. El furor que ocasionó el lanzamiento de la hoja de parra entre los adolescentes fue la nota principal en todos los diarios nacionales y extranjeros. Las tiendas departamentales estaban abarrotadas de clientes y las cajeras no tenían tiempo ni de mascar un chicle. Transcurridos tres días se agotaron las existencias de las tiendas, y las hojas de parra oscilaban entre los 750 pesos – de tela sintética – 750 dólares – de telas naturales – y 750 euros –hoja de parra natural – La hoja de parra pirata, costaba 75 pesos o dos por cien, y era un pedazo de hoja de plátano recortado en forma de hoja de parra. Algunas asociaciones feministas reclamaron el sesgo sexista de la moda, puesto que ellas debían pagar mucho más por estar a la moda; ello motivo que en su siguiente diseño, se incluyeran cuatro hojas de parra en sus modelos femeninos, y una para el modelo masculino. Meses después la moda se había extinguido para resurgir posteriormente – semanas después – como un retro. Las firmas que distribuían las hojas de parra se congratulaban de las ganancias obtenidas. Las televisoras hablaban maravillas de la hoja de parra que les hacía ganar buenos dividendos por gastos publicitarios. Los sacerdotes, temerosos de provocar una desbandada entre sus fieles, se pronunciaron a favor de la hoja, asumiendo que era de procedencia bíblica y que rescataba las tradiciones religiosas como nunca antes una moda lo había hecho. Los ecologistas hacían hincapié en la sustentabilidad del proceso, y los agricultores llenaban hectáreas y más hectáreas con parras. La opinión pública se hacía eco de las apologías que surgían en las revistas y los programas de chismes. Y los mozalbetes andaban con sus hojas de parra debidamente personalizadas: con calaveritas rosas para los Emos, negras para los góticos. Hasta salió una hoja de parra con el escudo de la Selección Nacional. Solamente los estripers y las teiboleras hicieron su protesta en la calle, al considerar que esa moda los iba a dejar desempleados. Nadie les hizo caso, y la moda terminó abruptamente cuando el invierno llegó, puesto que aún no habían diseñado la hoja de parra Otoño- Invierno. Se volvieron a poner de moda las antiquísimas playeras y los jeans. Con el dinero recaudado, nuestro cineasta se compró un país subdesarrollado al norte de África, expulsó de su propiedad a los habitantes y para garantizar la seguridad autorizó una base militar estadounidense en su propiedad. Le costó una buena parte de su fortuna conseguir que la actriz que protagonizó su película accediera a andar siempre pasada de moda y la sociedad siguió funcionando tan tranquila y moralista como siempre. _________________________ (pie de página) http://www.facebook.com/PorqueLosNinosDeLaCalleTambienSonHumanos

sábado, 5 de febrero de 2011

De bichos raros (léase: ingleses)

En el amor, las mujeres y la muerte Schopenhauer escribió: “Otros continentes tienen monos; nosotros tenemos franceses. Eso nos compensa” Si hubiera escrito ingleses , habría dado en el clavo.

Hace unos días, mientras despertaba de mi siesta matutina, me encontré con la desagradable noticia de que un trío de mequetrefes había dicho no sé que tantas simplezas acerca de los mexicanos. Hablar desde la ignorancia es el mejor síntoma de ser primitivo, conductor de la BBC, o por decirlo más claramente, es parte de la esencia de ser inglés. La situación me puso en una posición embarazosa: por un lado esos tres son indignos de mi puntapié, pues aún con mi puntapié les honro, pero mi nacionalismo recalcitrante me impulsaba a redactar unas páginas acerca de la cultura inglesa. Dado que para mí sería una afrenta contestarles en los mismos términos, me dediqué un par de horas a leer un poco acerca de la cultura inglesa. En verdad que no había mucho material para revisar: su cultura data de ayer, y su mayor logro arqueológico fue poner en equilibrio tres piedras. Hoy, tras haber revisado un poco de historia universal, he llegado a dos conclusiones que serán interesantes para los pocos ingleses que puedan comprenderlo; tarea monumental dado que los ingleses solo tienen buenas ideas cuando les cae un manzanazo en la cabeza. Estamos seguros de que una teoría como la de Darwin solo podía surgir en inglaterra; sin embargo, Darwin se pasó la vida tratando de dar con el eslabón perdido. Sabemos que la autocrítica no era una cualidad de Darwin; de no ser así, de un vistazo y una vuelta por Buckingham habría resuelto el enigma, y habría encontrado lo que nunca estuvo perdido, sino frente a sus ojos; pero es una realidad que a fuerza de familiaridad, lo cotidiano es invisible.

A los ingleses hay que agradecerles por haber dado al menos tres grandes cosas a la humanidad contemporánea: la delincuencia organizada, la corrupción y a Hitler. Vayamos por partes.

En un principio la corona inglesa estaba tan pobre que sus majestades se vieron reducidos a la necesidad de encabezar una banda de delincuentes marítimos. En México a los ladrones se les suele llamar ratas; en gran bretaña en cambio, se les conoce como “su excelencia”. Ningún país que no sea inglaterra se precia de tener entre sus filas a nobles de tan gran abolengo como el hijo de un granjero, a quien por cierto le levantan monumentos. Sería fácil hacer una lista de duques, marqueses y condes, o por resumir, piratas de su majestad, el capo de capos por excelencia. Pronto, del robo pasaron al secuestro y al comercio de negros; pues el solo negocio del robo era una cosa insuficiente para las necesidades de la corona. El rey, o por decirlo en una metáfora robada –como todo lo inglés – Alibabá, dirigía y premiaba a sus cuarenta ladrones. No sería difícil que tuviera su tabla de productividad y eficiencia, para repartirles el aguinaldo y las comisiones. Antes de ser tan petulantes, los ingleses deberían considerar que siempre fueron una cosa extraña a orillas de Europa, sin épocas de esplendor y sin haber sido jamás el centro cultural y el referente por excelencia. En la época del renacimiento, fasta época para países como Italia, perlada de genios, en inglaterra Shakespeare era la única luz en la oscuridad. Más adelante, la barbarie mecanizada de inglaterra se vio opacada por las luces ilustradas de la genialidad francesa. Acostumbrados a obedecer a los delincuentes, no es raro que en la época actual obedezcan a su antigua colonia penitenciaria.

Pero no solo eso, sino que aunque se nos infarte el fatuo de winston churchill, inglaterra es la precursora de Hitler. Mucho se ha hablado de que si las obras de Nietzsche manoseadas por su hermana influyeron en las ideas del Führer; pero más allá de esas simples especulaciones, lo cierto es que los ingleses son los principales responsables de que ideas tan perniciosas como la raza superior, el exterminio de razas inferiores y la esclavitud pasaran a formar parte de la historia moderna. Los comentarios de la bbc no dejan de ser un síntoma interesante, una reminiscencia de aquellas ideas, un destello anacrónico de una realidad de la cultura inglesa.

Tras el reconocimiento universal de los derechos humanos, todos convenimos en que destruir lo que es diferente es un signo de barbarie… ¿no fueron, de hecho, los ingleses, los grandes genocidas coloniales? Vulgares presidiarios de la nación más vulgar de las aristocracias europeas enviados a colonizar, no podían sino considerar inferior y bárbaro a todo aquello que no fuera como ellos. Impulsados por su creencia irracional en la predestinación, no podían hacer otra cosa sino declarar a los negros dignos de ser esclavos. Lo mismo en EU como en África o en Australia, arrasaron con los aborígenes y los redujeron a cuasi animales. A Hitler le critican los Guetos... ¿y el “Aparheid”?

Lo cierto es que los ingleses imponen en sus colonias un peculiar estilo de dominación más racista que el impuesto por otras naciones. Son los ingleses los que tienen la brillante idea de comerciar con negros secuestrados en África. Si en la India o en China no arrasan con el pueblo, en cambio se mantienen aislados y sin un proceso de mestizaje: el mito de Pocahontas es una curiosidad; el mito de la Malinche¸ en cambio, es una constante. Mantener la pureza de la raza blanca como símbolo de superioridad y arrasar con pueblos y civilizaciones enteras; ¿no era la propuesta de Hitler, si cambiamos blanca por aria? La concepción de hombre para los pueblos católicos era más universal, mientras que para los protestantes puritanos ingleses el concepto hombre era más limitado y estaba circunscrito a los predestinados por dios, a los cristianos, a la raza blanca; he aquí el porqué los ingleses no se mezclaban: para ellos, mestizaje significaba herejía y zoofilia… ¡o sea que los más nacos nos salieron los más exigentes! El jesuita ilustrado y el vulgar puritano: tales son los símbolos distintivos de las grandes etapas coloniales. Hoy todo inglés que se precie de posmoderno sentiría repugnancia por esa parte de su pasado.

Seguiría escribiendo, pero tengo cosas más importantes que estar ilustrando a viles ingleses. Como dormir.

Pregunta para la BBC: ¿se me ha comprendido?

jueves, 3 de febrero de 2011

A manera de Índice

A manera de prólogo
Un cuento de autoayuda espiritual
algunos aforismos personales
Sobre la sociología
Historia ficticia de un suicidio necesario
Mañana mañana: breve poema en prosa, o prosa en poema
Religión: el error hecho modus vivendi
Un escrito de Autoayuda
Observaciones y Otros pasatiempos
Confesionario. Confesiones personales
Un intento de psicoanálisis del Reggaetón
Algunas reflexiones sobre el ser humano.
el reggaeton y sus fans
Una apología del Reggaetón

a manera de Prólogo

Necesariamente cualquier cambio de ambiente, aún virtual, es una ruptura con el orden existente y una tentativa por trascender y ascender. Esta colección de sentencias, escritos, cuentecillos y ensayos se han mudado desde los spaces de hotmail hacia este nuevo sitio. Dicen que este departamento es más amplio, con estacionamiento, jardín, fuente, árbol y perico. Enhorabuena.

Debo agradecer especialmente a quien me recomendó este espacio de expresión: http://Omarcaxevil.blogspot.com No vacilo en recomendar su blog como uno de los reductos en donde la ironía y el sarcasmo ácido se combina con un profundo análisis para ofrecernos anécdotas que no por ser comunes son irrelevantes. Al contrario, como Nietzsche lo expresó alguna vez "no es con la cólera con lo que mejor se mata, sino con la risa" Omarcaxevil, medio en serio y medio en broma, plantea cuestiones interesantes e intrigantes que rebasan la mera expresión anecdótica y nos llama la atención sobre puntos importantes del quehacer sociológico.

Este espacio (El mío) -debo reconocerlo, y advertir de antemano - constituye un atentado contra la superfluidad y frivolidad del mundo contemporáneo. Más que huevón, también de algún modo es sociópata, misántropo e incluso a veces hasta descortés con los defensores del "no pasa nada" "La felicidad está al alcance de todos" "disfruta la vida". Si te interesa leerme, adelante; si te aburre mi redacción petulante, click en "blog siguiente". Y si lees a carlos cuauhtemoc, a carlos trejo, a paulo coelho y a demás escribanos parecidos, entonces te hago la siguiente pregunta: ¿se me ha comprendido? Pero no; ningún seguidor de best sellers habría llegado hasta aquí: ya se habrá desanimado, desde hace tres horas, por no poder descifrar el sentido de la primer línea.

¡Bienvenidos, espíritus libres, críticos y racionales!

domingo, 23 de mayo de 2010

De la cucaracha

Pues ya que tengo un poco de tiempo para escribir un poco aprisa unos comentarios, y ya que no tengo ideas para escribir, me apropiaré de algunos elementos ajenos para hacer mi divagación; y me callo, porque si no, terminaré haciendo un ensayo acerca de porqué hoy no puedo hacer un ensayo.

Estaba precísamente perdiendo el tiempo escuchando un poco de música en youtube, y encontré una canción de la cuca que yacía olvidada entre mis recuerdos de la secundaría. De un click la desempolvé y le torturé sus reggaetoneros oídos a mi vecino, un poco en represalia porque sus tigres del norte se la pasaron rugiendo, desde las 8 y hasta las tres de la mañana. Yo no soy vengativo: es verdad; solo soy justo; si yo no duermo... ¿porqué habría de dormir él?

El caso es que la otra vez el pobre hombre despertó sobresaltado, terriblemente nervioso; desde entonces tiene más cuidado con el volumen de su ruido infernal y al que por cierta perversión del lenguaje suele llamar música. No tengo la culpa de que mis gustos musicales vayan "de lo sublime a lo infame". El día en que el vecino pedía que llamaran a carlos trejo y al padre amaro con los exorcismos, yo no tuve nada que ver con sus ataques de pánico; esa es una cuestión epistémica que sería difícil de explicar com el tiempo tan reducido como lo tengo; baste decir que en aquella memorable y gloriosa noche, escuché de un tirón la mitad de la majestuosa ópera de Mozart "La Flauta Mágica". Poco antes de que terminara la aria donde Tamino toca la flautita y acuden al dulce sonido todos los animales del bosque, escuché a mi vecino roncar placidamente arrullado por los dulces acordes, y discretamente para no perturbar mis designios, le subí todo lo que pude a las bocinas de la compu, oprimí enter y -tal vez por accidente - reproduje "Satania" del Mago de Oz, y después varias otras canciones que básicamente hacían referencia a metáforas que se encarnaban en el diablo o los demonios; tonterías con que se asustan a las viejas beatas, a los niños y a los regaetoneros...


Pero lo que imaginé mi mayor venganza, fue presentarle a una amiga metalera que es de armas tomar. Fue un chispazo: recordé mi cuento de "Dias de mala suerte" y decidí llevarlo a cabo con él. Una lástima; se portó decente y su nariz quedó a salvo. Pero, con todo, me la pasé más de una vez imaginando y disfrutando de antemano la escena reivindicativa. Igual les dejo una canción de "La Cuca" que me habría gustado que hubiera ocurrido en la realidad. Si así fuera, no había regaetoneros...


* No soy vengativo: "En verdad os digo que todas las cosas malas les serán perdonadas; pero en cuanto a no dejarme dormir, no les será perdonado ni en este ni en el próximo milenio"

domingo, 14 de febrero de 2010

Calderón y ciudad Juárez: el despotismo y la dignidad



(foto de la Jornada)
Al parecer calderón se extraña sinceramente por la incomprensión y el poco aprecio que el pueblo de Ciudad Juárez le tiene. Calderón -la mayúscula por ortografía, conste- ha hecho muchas cosas por esa ciudad fronteriza con estados unidos: llenó las calles de soldados mexicanos y desató una ola de violencia que ha ido en crescendo desde hace tres años, sin contar con que aún es un enigma el paradero del feminicida de Juárez. Ah, y la matanza de 15 jóvenes a quienes el presidente, al más puro estilo de fox, metió la pata al decir que "era un ajuste de cuentas entre pandillas. Ahora, los malagradecidos juarenses se indignan por su comentario y se quejan porque los soldados violan los derechos humanos. Muy bien, dice calderón, si el problema son los derechos humanos, entonces hay que sacar a estos, no a los militares. -mientras seguimos buscando al jj, en el congreso se discutía una iniciativa para darle al ejército la posibilidad de decretar "estados de excepción" que no es otra cosa que pasarse las garantías individuales por el arco del triunfo-

Me parece particularmente grave que el presidente crea que la solución de los problemas sociales es a balazos -mejor lo hubiera arreglado el PRI "a madrazos"- o con propuestas burguesas y alejadas de la realidad y el contexto particular que se vive en ciudad juárez. Me indigna la arrogancia de calderón al sostener el mantenimiento del ejército en las calles, pues la realidad es que el ejército no es policía, su lógica es distinta.

Frente a la destacable ignorancia del presidente calderon, los habitantes de ciudad juárez opusieron la dignidad y manifestaron su descontento con una situación insostenible. Desde aquí doy un reconocimiento a la señora que increpó al presidente, y ojalá, en este bicentenario de la independencia, aún haya algo que celebrar.